Siglo XIX


Tras de la derrota final de Napoleón en 1815 en la batalla de Waterloo y como consecuencia del Congreso de Viena, la monarquía francesa fue reinstaurada, pero con nuevas limitaciones constitucionales. Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 75 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. En 1830, una sublevación civil estableció la monarquía constitucional de julio, que duró hasta 1848. La Segunda República Francesa de breve duración terminó en 1852 en que Napoleón III proclamó el Segundo Imperio francés.

Durante este nuevo imperio se produce un considerable desarrollo de los medios de transportes, así como una bonanza económica. Se incrementa la red bancaria y se firma un tratado librecambista con Inglaterra en 1860 que fomenta el comercio internacional. Sin embargo la política exterior tuvo una serie de fracasos importantes como la Segunda Intervención Francesa en México y sobre todo la estrepitosa derrota en Guerra Franco-prusiana de 1870 en la cual Napoleón III fue vencido por completo y su régimen fue sustituido por la tercera república francesa.

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