Sucesión del bonapartismo


Según la ley de la sucesión que Napoleón I había establecido durante el Primer Imperio, la prelatura para el trono imperial era: su descendencia legítima directa y luego sus hermanos y su descendencia. El primero en el orden sucesorio era su hijo: el Rey de Roma. Le seguía José Bonaparte, Rey de Nápoles y de España, y después Luis Bonaparte, Rey de Holanda, y sus hijos (Luciano Bonaparte, príncipe de Canino, y sus descendientes estaban excluidos de la sucesión imperial).

Como José no tenía ningún hijo varón, y sus hermanos Napoleón Carlos Bonaparte (1802–1807) y Napoleón Luis Bonaparte (1804–1831) y su primo Napoleón II en 1832, le precedieron, Luis-Napoleón se convirtió el heredero de Bonaparte en la generación siguiente.

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